PLEGARIAS[1].
Quiero sentir
tu ternura,
quiero hablarle
al amor,
quiero decirte,
que no oirás,
palabras más
bellas,
como las que yo,
"a tu alma",
voy a recitar,
por esas tan
hermosas cosas,
que le hacen a
Usted,
un ser
especial.
Eres como la
brisa del mar,
a quien,
"yo nunca
podré aspirar",
por esa sutil
sinceridad,
que le
distingue,
de todas las
demás.
Santa, santa,
santa,
sólo tú,
delicada
fragancia,
sólo el pensar,
de mis
despertares,
sólo el eterno
deseo,
de una quieta
mañana;
por la tuya,
una alma tersa
y blanca,
por la tuya,
la única
alegría mía.
Idolatrías,
sabias
idolatrías,
las que siento
por ti,
por los claros
ojos,
de la mirada
suya,
son éstas,
las suplicas,
que yacen en
mí.
Escucha niña
santa,
a quien os
adora,
a quien os
implora,
a los ecos,
de mi triste
ser,
que en miradas
vivas de pasión,
gritan con toda
veneración,
por alcanzar,
"el
resplandor de tu amor".
Dama,
cuál flor de la
dalia,
la que tiene
una pureza inmaculada,
la que algún
día,
en mis
esperanzas,
!ojalá!
atienda los
ruegos,
de mis
plegarias.
Lázaro Raúl
Rojas Cárdenas.
Marzo de 1986.
(Poema de la obra intitulada SENTIMIENTOS, registrada en México).
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